Kamasutra: La Medusa

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En esta posición, el hombre arrodillado en una superficie confortable que no sea muy blanca como la cama, se entrega a la voluntad de la mujer. Ella descenderá hacia su sexo y se hará penetrar lentamente cuando ella lo desee.

Aquí podrán besarse, rozarse, abrazarse,  acariciarse, y además el clítoris de la mujer podrá ser frotado. De esta manera la penetración llegará con un placer infinito.

Durante el coito ella dominará los movimientos, mientras él podrá tomarla por la cintura y atraerá su cuerpo hacia el suyo.

El cara a cara es mucho más excitante, puestos que podrán besarse, hablarse y mirarse a los ojos, hasta que el orgasmo llegue.

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